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250 cc

Julián Simón


 

Fecha de Nacimiento: 03/04/1987
Lugar de nacimiento: Toledo – Castilla-La Mancha – España
Peso: 57 kg
Altura: 170 cm
Nacionalidad: Española

   
 

Palmarés

Primera carrera: 1993 Campeonato de España de Motocross
Primer Gran Premio: 2002 GP España (125cc)
Primer Podio: 2005 GP Inglaterra (125cc)
Primera Victoria: 2005 GP Inglaterra (125cc)
Total Grandes Premios disputados: 79, 62 (125cc), 17 (250cc)
Podios: 2 (125cc.)
Victorias: 1 (125cc.)

 

Trayectoria deportiva

1993

Campeonato de España de Motocross alevín (Kawasaki 60cc)

1994

Campeonato de España de Motocross alevín (Kawasaki 60cc)

1995

Campeonato de España de Motocross alevín (Kawasaki 60cc)

1996

3º Campeonato de España de Motocross alevín (Kawasaki 60cc)

1997

Campeón de España de Motocross alevín (Kawasaki 60cc)

1998

5º Campeonato de España de Motocross juvenil (niños de hasta 14 años) (Kawasaki 80cc)
8º Campeonato de España de Motocross cadete (niños de 15 y 16 años)

1999

4º Campeonato de España de Motocross (Kawasaki 80)
4º Copa Aprilia 50

2000

Campeón de la Copa Aprilia 125cc
Campeón de la Copa Aprilia 50cc

2001

4º Campeonato de España de Velocidad (Honda RS 125)

2002

3º Campeonato de España de Velocidad (Honda RS 125)
Campeonato del Mundo de 125cc. Wild Car en Barcelona, Jerez, Portugal y Valencia

2003

29º Campeonato del mundo de 125cc.

2004

14º Campeonato del mundo de 125cc.

2005

7º Campeonato del mundo de 125cc.

2006

9º Campeonato del mundo de 125cc.

2007

9º Campeonato del Mundo de Velocidad 250cc.

Biografía

La pasión de Julián Simón por las motos se remonta a tiempos de pañales y berreos. Un tiempo en el que con apenas dos años, cada vez que pasaba con su padre por delante del taller de un amigo del pueblo y veía su Italjet 50 aparcada, se echaba a llorar hasta que conseguía que le dejasen subirse en ella. En su casa no había habido más tradición por las motos que la de su tío, propietario de una Yamaha 250 de motocross con la que había llegado a participar en alguna carrera a nivel regional. Sin embargo, tanta fue la obsesión del pequeño Julito por aquella Italjet, que su padre acabó por comprársela cuando tenía apenas dos años y medio. Y así, con sus pañales y ruedecitas de rigor, empezó a ir al campo a hacer sus primeros kilómetros. Al cabo de unos meses le quitaría las ruedecitas, y con cuatro años llegó su primera moto de marchas: una Kawasaki 60.

Cumplidos los cinco años, edad mínima requerida para competir, empezó a correr con aquella moto el Campeonato de España de Motocross en la categoría Alevines. Poco a poco fue aprendiendo, y en el año ‘96 quedó tercero del campeonato, preludio de su proclamación como Campeón de España Alevín un año más tarde. En el ‘98 empezó a correr con una 80cc, y con once años acabó quinto en la categoría juvenil ante niños de 13 y 14 años, y octavo en la categoría cadete, de hasta 16 años, dos categorías en las que todos los pilotos compiten juntos.

Sin embargo, correr en moto nunca ha sido barato, y si bien contó con el apoyo de una empresa de puertas del pueblo, Visel, era el bolsillo familiar el que pagaba casi todos los gastos. Cuando en 1998 la falta de recursos y apoyo se hizo más patente, apareció otra empresa del pueblo, Artevi, para darle el empujón económico definitivo y poder seguir practicando su pasión. Hoy siguen siendo ambas empresas patrocinadores personales, y fueron ellos quienes le propusieron en el ‘99 dar el salto a la velocidad, una competición con mucho más gancho que el motocross.

Se apuntó a la Copa Aprilia 50, ya que todavía no tenía la edad mínima para inscribirse en la Movistar Activa Joven Cup, y acabó su primer año en cuarta posición. Al mismo tiempo, siguió compitiendo en motocross, donde en la última carrera de la temporada, en el Palau Sant Jordi, consiguió hacerse con la victoria. Esa última victoria fue el broche de oro con el que cerrar la etapa de Julito como piloto de motocross, antes de centrarse exclusivamente en la velocidad. Cambiar de una categoría a otra no le resultó muy difícil, aunque sus primeros entrenamientos no fueron del todo ortodoxos: los hizo con su tío por las calles de un polígono cercano al pueblo. Sin embargo, fue en el Circuito de Albacete donde pudo ver aquellos aspectos en los que debía mejorar y hacer los kilómetros de entrenamiento que necesitaba.

Tras un año de experiencia, en 2000 participó en las categorías de 50 y 125 de la Copa Aprilia, y el balance no pudo ser más positivo. Ganó los dos títulos a la vez, algo que nadie ha podido igualar, y que le valió para entrar en contacto con una persona que iba a seguir muy ligada a él hasta la actualidad: Alberto Puig. Su talento no pasó desapercibido para el ex-piloto de 500cc, que le ofreció ir de su mano al Campeonato de España de Velocidad.

Enrolado en el Movistar Junior Team, disputó el CEV de 125cc en el 2001 y en el 2002, años en los que pudo aprender muchísimo, y cosechar buenos resultados. En la primera carrera disputada en el Jarama logró acabar cuarto, y ya en la segunda se subió al podio, tras conseguir ser tercero en el Circuito de Albacete. Como cualquier novato, durante la temporada tuvo caídas y momentos más complicados que otros, pero el bagaje fue muy positivo, consiguió progresar, adquirir experiencia y terminar al final el campeonato en cuarta posición, tras duras pugnas con otras jóvenes promesas como Casey Stoner o Ángel Rodríguez.

En su segunda temporada, todo su empeño se enfocó en conseguir proclamarse Campeón de España de 2002, sin embargo se topó con un Héctor Barberá muy fuerte, que ya tenía la experiencia de correr en el Mundial, y no dio opción. Al final fue tercero, tras el también mundialista Fabrizio Lai. A pesar de ello, el premio a sus buenas maneras sobre una moto le llegó con la oportunidad de correr cuatro carreras del Mundial de ese año. Alberto Puig le llevó a Jerez, Cataluña, Estoril, y Valencia, donde pudo pelearse con los mejores del mundo, e incluso puntuar en Portugal. Con 15 años apenas cumplidos, salir por primera vez en una carrera del Mundial fue una experiencia increíble. El resultado de aquella primera carrera no fue todo lo bueno que esperaba, ya que durante todo el fin de semana estuvo más tiempo alucinando con el entorno que le rodeaba y con lo rápidos que eran todos los pilotos, que con demostrar lo que valía.

Tras aquellas primeras experiencias mundialistas, en 2003 llegó la tan ansiada oportunidad de correr un Mundial completo. Fue en el equipo Angaia Racing con una Malagutti muy inferior al resto de las motos de la parrilla. Aún así, pudo aprender muchísimo, ya que pese a no disponer de los medios suficientes, contó con un equipo muy profesional que le permitió mejorar paulatinamente. Al año siguiente, dentro del propio equipo Angaia hicieron una estructura aparte con una Honda 125 GP para Julito; la evolución fue constante y sus resultados cada vez mejores, terminando regularmente en los puntos. En Brno logró colarse por primera vez en primera fila de parrilla, con el tercer mejor tiempo, pese a que en carrera acabó en décima posición. A lo largo de la temporada demostró que era capaz de acercarse a los mejores pese a llevar una moto privada, y cuajó buenas actuaciones que no pasaron inadvertidas. Varios equipos pusieron sobre la mesa ofertas de cara al 2005, y su elección fue KTM, que era quien presentaba el proyecto con más garantías.

La mala suerte quiso que poco antes del inicio de temporada se rompiese la clavícula haciendo motocross, y eso le puso algo cuesta arriba el inicio del Mundial. En las primeras carreras quedó un poco lejos del grupo delantero, aunque siempre entre los diez primeros, y en la sexta carrera logró su mejor resultado hasta la fecha en el Mundial, una memorable victoria bajo el impresionante diluvio en Donington Park. Hasta el final de la temporada siguió realizando buenas actuaciones, pese a lesionarse tras una caída en Australia en la que se fracturó la muñeca, y acabó la temporada en séptima posición.

2006 tenía que ser el año de su confirmación, tras una primera temporada para adaptarse a una moto con opciones reales de ganar, y Julián empezó fuerte, con muchas ganas por demostrar a todos, incluido sí mismo, que es capaz de estar entre los mejores. Sin embargo, sus primeros resultados no fueron lo buenos que esperaba. Aún así, pasadas seis carreras era séptimo del Mundial, y después del Gran Premio de Italia se empezó a especular con su nombre como substituto de Sebas Porto en el equipo Repsol Honda de 250, que anunció su retirada un día antes del Gran Premio de Cataluña. El día de la carrera, recordada por el tremendo accidente en la salida de MotoGP, Julián sufrió también una caída que le supuso la peor lesión desde que es piloto: una fractura de fémur que le obligó a pasar por quirófano y perderse las siguientes tres carreras. Reapareció tras el verano, y excepto en Brno, volvió a cuajar buenas actuaciones con un podio en Japón, dos cuartas plazas en Malasia y Portugal, y un quinto puesto en Australia. En Valencia, la suerte le volvió a ser esquiva y acabó octavo tras sufrir una caída. Aún así, fue un buen año para Julián Simón, que disponiendo del apoyo de una fábrica como KTM, no dejó de mejorar en un sólo instante.

En la temporada 2007, el de Villacañas se reencontró con Alberto Puig. El director del equipo Repsol Honda de 250cc. le ha apoyado desde sus primeros pasos en el Campeonato de España y del Mundo, y no dudó en respaldarlo personalmente para dar el salto a la categoría del cuarto de litro. No fue una temporada fácil para Julián, ya que tuvo que adaptarse a una categoría muy competitiva teniendo que bailar con una de las bailarinas menos rápidas de la parrilla de 250cc. Aún así, superando los problemas con su Honda, el piloto Repsol luchó toda la temporada por mantenerse cerca de los puestos delanteros, cuajando buenas actuaciones en entrenamientos que le permitieron salir desde la primera fila en Jerez, China, Francia, Inglaterra. En carrera, la falta de concentración en la salida de los primeros Grandes Premios de la temporada le obligaron a remar contra corriente en numerosas ocasiones.

Su mejor resultado llegó en Francia, donde fue quinto, pero en contraste, la caída en Alemania cuando rodaba cómodamente junto al grupo de cabeza en esa misma quinta plaza, o los problemas mecánicos que le obligaron a retirarse en Holanda, le hicieron perder posiciones en el Mundial . El tramo final de la temporada estuvo condicionado por una lesión en su antebrazo. Pese a operarse de síndrome compartimental, en numerosas ocasiones estuvo limitado por el agarrotamiento de sus brazos hacia el final de las carreras. Aún así, terminó la temporada encadenando cuatro sextas posiciones, que si bien no eran un resultado óptimo, permitieron ver destelladas de su talento, y encarar con optimismo la temporada 2008.

Su segundo año en el equipo Repsol se verá marcado por el cambio de marca, ya que esta temporada pasará a pilotar las rápidas KTM. Se trata de un nuevo impulso en su carrera deportiva, que supone para Julián el regreso a la marca con la que ya corrió en el octavo de litro, y que debería permitirle afianzarse entre los mejores de la categoría de los 250cc.

 

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