‘¡¡¡ Es que la moto se mueve así !!!’
La labor de un jefe de equipo es la de director, amigo, confesor y psicólogo a la vez. Jorge Martínez nos introduce en la trastienda de un equipo de competición.
Los pilotos de motos son gente curiosa. Valientes, brillantes y atrevidos. Hacen diabluras sobre la moto y vuelan a trescientos por hora sobre las pistas. Para ellos, en muchos casos, los problemas llegan cuando se para el motor, y ahí interviene de forma decisiva la figura de un jefe de equipo. El más querido es Jorge Martínez, un tipo listo, un veterano ilustre que sabe más de lo que dice, que tiene más paciencia de la que él mismo cree, y que tiene la perspectiva de quien las ha visto de todos los colores. Sus pupilos son Fonsi Nieto, Toni Elías y Pablo Nieto entre otros. Él nos explica cual es su labor puertas adentro. Los aficionados te ven en las parrillas de salida, pero no ven el trabajo previo durante varios días.
¿ Cual es tu labor?
‘Es una buena pregunta. En realidad hago un poco de todo. Soy jefe, psicólogo, padre y amigo a la vez. Durante un fin de semana pasan muchas cosas. Surgen problemas y la puesta a punto de una moto es un asunto complejo que casi nunca sale como uno quiere. A veces los pilotos llegan al box y transmiten muy deprisa muchas sensaciones.En el aspecto técnico, mi labor, es sentarme con ellos para que me expliquen el problema que tienen. La responsabilidad se comparte entre el piloto y su responsable técnico, pero yo hago en cierta forma de interprete entre uno y otro. Afortunadamente, todos los miembros del equipo ya tenemos mucha experiencia y sabemos que hacer para averiguar como son los problemas y que hemos de hacer para arreglarlos, sobre todo cuando un piloto va al límite, no le salen los tiempos y no sabe encontrar la solución’.
Sin embargo, en los entrenamientos, no intervienes directamente.
‘Durante los entrenamientos procuro molestar lo mínimo posible. En esos momentos quien tiene una responsabilidad importante son los técnicos y les dejo trabajar como saben. Procuro estar cerca de los pilotos cuando entran en el box, les doy tiempos parciales y les advierto de la actuación de tal o cual rival. Como les veo girar en televisión también les digo donde lo hacen bien y si cometen algún error. Son momentos tensos y hay que influir en ellos lo justo para no descentrarlos’.
Eso en momentos clave, pero durante todo el de semana el trabajo previo es vital. ¿ Cual es el proceso?
‘Cada día es distinto y cada momento del GP tiene su trabajo concreto. El jueves nos reunimos para analizar con los mecánicos las novedades técnicas en las motos, las condiciones del circuito, las previsiones del tiempo y todo lo que puede afectar al GP. Todo el mundo da su opinión porque una moto que funcionaba perfectamente ayer puede ir mal hoy.Yo me reúno con los pilotos e intento que se olviden completamente del GP anterior, haya ido bien o mal, que se concentren en el circuito y que piensen que es un GP nuevo, con problemas distintos y una situación diferente. También veo como están y les pido que intenten meterse en el ritmo de los entrenamientos desde la primera sesión. Hago un apoyo psicológico y siempre quiero centrar las cosas. Los pilotos son gente joven. Si les ha ido muy bien quince días antes les pongo los pies en el suelo. Si les ha ido mal les ayudo a superar el mal trago y ver que es necesario para mejorar el rendimiento de la moto’
¿Te conviertes en un psicólogo más que en responsable de un equipo?
‘En buena parte, si. La actuación de un piloto depende mucho de su nivel de autoconfianza. Han de estar convencidos de que pueden hacer lo que pretenden, que son capaces de rodar a su nivel y eso no siempre es así. Yo les ayudo y es evidente que el haber sido piloto me permite saber perfectamente que les pasa. Por eso les puedo ayudar, y también por eso veo que hacen mal. A veces no se dan cuenta de sus errores y mi responsabilidad es tranquilizarlos. O en ocasiones al revés, frenarlos para que hagan las cosas paso a paso’.
¿Te ves obligado a marcar algunas pautas de su vida privada?
‘De forma muy ligera. Para empezar estamos tratando con gente muy responsable, si no fuese así no habrían llegado donde están. Sin embargo, el cambio de generación es muy importante y ahora los pilotos llegan al campeonato del mundo cada vez más jóvenes. Cada uno de ellos es distinto y no puedo tratarlos a todos por igual porque sería un error. En lo que si les insisto mucho es en que llevan una vida lo más ordenada posible, que se diviertan y disfruten porque son jóvenes, pero que se preparen muy a fondo físicamente y con preparadores muy profesionales. Esa forma física les permitirá llegar a los finales de las carreras más duras en buenas condiciones. Ese es un aspecto básico y puedo decir que estoy muy satisfecho de su trabajo y dedicación’.
Todo eso para llegar a la parrilla de salida con los deberes hechos, con una moto puesta a punto y con los pilotos en perfecto estado físico y mental. Parece fácil, pero no lo es.