Domadores de Leones.
Los pilotos de la Supercopa SEAT León conducen vehículos de altas prestaciones con una exigente puesta a punto.
El cochePara empezar, estamos ante un Superturismo con todas las de la ley. Normalmente una competición monomarca tiene muy limitadas las posibilidades de puesta a punto y ajuste del vehículo. En la Supercopa esto no es así. Para empezar el coche es muy potente y los 250 CV permiten una prestaciones muy altas y tiempos realmente destacados. Podemos trabajar en multitud de reglajes, y es crítico el tren delantero que es el que nos permite controlar a fondo el coche. Una vez llegamos a un circuito, y durante el día anterior a los entrenamientos analizamos a fondo las características de la pista y escogemos la que a priori es la mejor combinación de muelles y ajustes.
El León tiene una patada extraordinaria, el conjunto es realmente equilibrado y el chasis permite unos pasos por curva elevados. Tenemos por tanto la plena conciencia de que estamos ante un coche de carreras de verdad y un planteamiento correcto de puesta a punto que no cambia radicalmente el comportamiento. Si uno se equivoca de entrada, después resulta muy difícil solucionar los errores.
Los neumáticos
Son un elemento clave. El León Supercopa es un tracción delantera y ahí se concentran los 250 CV. Además el reglamento ha previsto que solo se utilicen cuatro neumáticos nuevos en el tren delantero para los entrenamientos y dos para las carreras. Por lo tanto hemos de ser extremadamente cuidadosos en su dosificación. En los entrenamientos es vital escoger el momento idóneo para realizar la vuelta buena, como si fuese la Fórmula 1. Si realizamos el tiempo de parrilla en pocas vueltas eso quiere decir que disponemos de una reserva de goma para utilizar en una de las dos carreras. Ni que decir tiene que el coche cambia de forma total su comportamiento en función del desgaste del neumático. La conducción Todo pasa muy deprisa en una de estas carreras. Es evidente que existe una enorme igualdad en la Supercopa. Ahí está la clave de su espectáculo, pero eso nos complica a los pilotos la existencia porque nos enfrentamos a salidas en grupo y no son posibles grandes diferencias entre nosotros. Cuando uno llega a la primera frenada se encuentra por lo menos quince pilotos que quieren pasar por el mismo sitio.
Eso es muy complicado y hay que tener mucho cuidado con no desgastar neumáticos de buenas a primeras. Es un tema que puede parecer repetitivo pero que resulta vital porque cuando las ruedas se empiezan a desgastar hay que tocar el gas con muchísima suavidad para que el morro no deslice hacia el exterior de las curvas. Los rivales El nivel de pilotaje en la Supercopa es muy elevado. En los circuitos los equipos intentan solucionar de la mejor forma posible la combinación de neumáticos y suspensiones, un problema habitual en los boxes. Después, en las carreras sobre todo, no en los entrenamientos, los toques son constantes, los roces en las curvas, también. Se conduce muy al límite y se producen algunos accidentes pero siempre dentro de unos márgenes totalmente razonables para lo que es una competición de alto nivel. Todos los que estamos pilotando en estos momentos estamos más que satisfechos. Disponemos de un coche potente con multiples posibilidades de ajuste, el reglamento es preciso, y la competencia es muy interesante.
