Ayer culminó en Le Creusot, Francia, el extenso plan de entrenamientos del Team Repsol Mitsubishi Ralliart para preparar el Dakar 2009, que empezará el próximo 3 de enero en Buenos Aires, y terminará en la propia capital argentina 15 días después. Todos los miembros del equipo participaron en la última prueba general antes de enviar los cuatro Racing Lancer al continente americano, en una fría y soleada jornada en la zona centro oriental de Francia, cercana a la frontera con suiza.
Durante las últimas cuatro semanas, los miembros del equipo han participado en un variado programa de pruebas y entrenamiento físico. El objetivo es asegurar que no se haya dejado ningún cabo suelto antes de que dé comienzo lo que la firma japonesa espera que sea un record, con la octava victoria en el Rally Dakar, que se dirige hacia Sudamérica por primera vez en su historia. Cinco días de entrenamientos físicos en Douarnenez -el Finisterre de Bretaña, en la costa noroeste de Francia- entre los días 10 y 14 de noviembre, y una segunda sesión física en Prémanon -en las montañas de Jura, Francia- entre los días 8 y 12 de diciembre, han servido para asegurar que el importante y reconocido espíritu de equipo funcione al máximo, y que los pilotos y copilotos estén totalmente preparados, tanto física como psicológicamente, para la durísima competición que les espera en enero.
A la segunda sesión de entrenamientos le siguió un día de pruebas en el circuito de Bourg-en-Bresse, al noreste de Lyon, el sábado 13 de diciembre, y un test final en Le Creusot, en la región de Bourgogne, ayer, lunes. Los nuevos Racing Lancer del equipo saldrán hacia Buenos Aires en avión, el próximo viernes, 19 de diciembre, si bien los camiones y vehículos de asistencia ya están a bordo del barco Grand Benelux. Zarparon del puerto Le Havre, en el norte de Francia, el lunes 1 de diciembre, y ya ha pasado el Golfo de Vizcaya, en el Atlántico, camino del puerto argentino de Zarata, cerca de Buenos Aires.
El Team Repsol Mitsubishi Ralliart alineará un equipo sin cambios en la carrera más dura del mundo, y los pilotos Luc Alphand, Stéphane Peterhansel, Hiroshi Masuoka y Nani Roma, junto a sus respectivos copilotos, Gilles Picard, Pascal Maimon, Jean-Paul Cottret y Lucas Cruz, rodaron por última vez con los coches definitivos que estarán en la salida dentro de menos de tres semanas. Tras comprobar que la puesta a punto es la correcta y todo está en orden, todos los miembros del equipo se han retirado por fin a sus respectivas casas para pasar las navidades en familia, antes de volar hacía Sudamérica el sábado 27 de diciembre. Será el momento de realizar los últimos preparativos antes de que dé comienzo la 31ª edición del Rally Dakar.
Nani Roma
“Estoy muy satisfecho con los entrenamientos físicos y las dos pruebas que hemos hecho. En Prémanon pudimos esquiar todos los días e intentar ajustarnos a vivir en altitud. Simulamos estar a cerca de 2.500 metros para hacernos a la idea de cómo serán las etapas más altas de Sudamérica. También hemos trabajado un poco en el gimnasio y hemos hecho muchos estiramientos, tras los primeros entrenamientos el mes pasado, en los que fuimos en bici y practicamos algunos deportes de agua, como la vela. Además, he realizado mi propio programa de entrenamiento con un entrenador personal. Me siento en forma y pasaré unos días a 2.500 metros, en Sierra Nevada, al sur de España, para asegurarme que estoy preparado para la carera. Hemos tenido dos pruebas con los coches para hacer los últimos cambios. La primera, en asfalto, ha sido útil para los técnicos y para nosotros, para adaptarnos al nuevo coche. Y otra un poco más rápida, aunque con unos 240 VIPs, patrocinadores, medios y amigos, que han hecho el ambiente más relajado”.
Stéphane Peterhansel
“Hemos hecho dos entrenamientos muy diferentes. El primero en Bretaña fue muy bonito. Pudimos ir en bici de montaña por la mañana, y navegar por primera vez, por la tarde. Fue muy divertido. Luego fuimos a las montañas de Jura, cerca de Ginebra, e hicimos un poco de esquí de fondo. La pista no estaba a mucha altitud, tal vez a unos 1.000 metros, pero dormimos en unas habitaciones especiales con menos oxígeno, lo cual simulaba vivir a cerca de 2.500 metros. Las dos pruebas han sido diferentes, pero útiles. El entrenamiento sobre asfalto sólo se usó para verificar los datos, como la presión del aire y del gas. Hoy en la pista hemos podido verificar los amortiguadores y hacer los últimos cambios necesarios. En mi opinión, el traslado a Sudamérica no quiere decir que el evento pierda su carácter. Aún así, pienso que será una carrera muy difícil, con dunas y etapas duras. Tal vez otros años he podido aprovechar las dunas en Mauritania, pero creo que será una carrera reñida y emocionante”.
Luc Alphand
“Las dos últimas pruebas han sido excelentes. Se agradece meterse en un coche donde todo es nuevo y funciona bien desde el principio. No hemos tenido ningún problema. Sólo he conducido cinco o seis kilómetros esta mañana, pero aún así este coche me da buenas sensaciones. La primera cosa que se nota es el ruido diferente, pero es poderoso, tiene un buen par y es fantástico su comportamiento. Supongo que con mi experiencia en el esquí, me debería de afectar menos la altitud, y efectivamente he sido el menos afectado durantes los simulacros. Pasamos dos noches a 3.000 metros y me sentí bien.”
Hiroshi Masuoka
“Los entrenamientos físicos en la montaña y en la costa han ido muy bien, igual que las pruebas sobre asfalto y tierra. Ha ido perfecto. Tenemos un nuevo reto para el Dakar: un nuevo mundo, con un motor nuevo y un coche nuevo. Esto es muy emocionante para mí. Participaré en mi 21ª edición del Rally Dakar y espero que sea para ganar por tercera vez. Si eso no es posible, estaré muy contento si Mitsubishi continúa con su racha de victorias.”
Dominique Serieys
“Todo ha ido bien, tanto en los entrenamientos físicos, como en las pruebas. El objetivo es asegurar que estamos totalmente preparados para la primera etapa especial en Sudamérica. Tenemos un coche nuevo para el Dakar, pero disponemos de la suficiente experiencia para no dejar ningún cabo suelto durante los preparativos. Nuestro equipo ha pasado una semana para acostumbrarse a las grandes altitudes, para poder ajustarse rápidamente a cualquier cambio. Todos los miembros saldrán hacia Argentina una semana antes de que empiece la carrera, para evitar los efectos de jet-lag y acostumbrarse a las temperaturas veraniegas.”
