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Destreza y control, todo con las manos en el volante

Como en la Fórmula 1, el volante de un monoplaza GP2 dispone de todos los controles necesarios para la conducción y tareas del piloto a lo largo de la carrera.

La fórmula de monoplazas GP2 está considerada como la antesala a la Fórmula 1. De hecho, podríamos decir que se trata de un Campeonato de Fórmula 1 a pequeña escala. Pilotos con gran proyección, escuderías con aspiraciones máximas y monoplazas que se asemejan en gran medida a los de la categoría reina del automovilismo. El volante es uno de esos detalles que hacen de un GP2, el hermano pequeño de un Fórmula 1.

 

Debido a la prácticamente nula movilidad dentro del habitáculo, el piloto, con un simple gesto de sus dedos, debe ser capaz de controlar todas las situaciones que se le presenten antes, durante y después de la carrera. Para ello, en el volante y en los laterales, el piloto dispone de multitud de botones y pantallas mediante las cuales puede regular desde las marchas, pasando por la gasolina, hasta los extintores en caso de emergencia.

 

Es importante diferenciar entre los botones fijos en el cockpit o habitáculo, de los que se encuentran incorporados al volante. Fijos en el habitáculo del piloto encontramos ocho botones y palancas con funciones diferentes. A la derecha del piloto, y de abajo hacia arriba, encontramos cinco controles. El primero consiste en una palanca verde y se trata del repartidor de frenada. Girándolo media vuelta a la derecha o a la izquierda se consigue que la frenada sea mayor de delante o de atrás respectivamente. El distribuir así la frenada es muy útil en determinadas situaciones, como en caso de lluvia, y en circuitos en los que interesa distribuir la frenada del monoplaza y, aunque es un poco incómodo de manejar por su situación en la parte más inferior del tablero, los pilotos lo utilizan con frecuencia. A continuación, existe un botón de color verde que sirve para poner el coche en punto muerto, es decir, sin ninguna marcha, para poderlo manejar desde fuera o para accionar la marcha atrás mediante el botón negro que se encuentra inmediatamente por encima. Finalmente, encontramos dos palancas de aluminio; la inferior es el contacto, para arrancar el monoplaza, y la superior acciona la bomba de la gasolina.

 

Al otro lado del habitáculo encontramos tres controles más. El botón rojo superior y la palanca, también roja, inferior, son para activar dos de los tres extintores que integran la estructura del monoplaza. El tercero consiste en una anilla situada en la parte trasera para ser accionada desde el exterior por los comisarios o mecánicos. El tercer control se encuentra entre los dos extintores y se trata de una palanca de aluminio que acciona la luz de transfer, una luz que se debe encender en caso de lluvia o al entrar en boxes.

 

A diferencia de los laterales, en el volante es donde residen las funciones utilizadas con más frecuencia por el piloto. En la parte posterior hay cuarto palancas o levas, dos a cada lado del volante. Las dos inferiores son las que accionan el embrague y, en cuanto a funcionamiento, es indiferente que el piloto utilice una u otra. Se trata de que, en función de la situación (saliendo de boxes, después de un trompo…) el piloto utilice la que le sea más cómoda. El embrague sólo se utiliza al salir de boxes o para arrancar en la salida de la carrera, luego las marchas se suben o bajan sin necesidad del mismo. Las superiores son las levas de cambio; la derecha sirve para subir marchas, de primera hasta sexta,  y la izquierda es para bajarlas. No es necesario el embrague ni levantar el pie del acelerador para cambiar de marcha, la gestión electrónica es la que corta el encendido del motor. El piloto debe sacar el volante para entrar y salir del habitáculo, así que gracias a un ajuste amarillo con una palanca situado en la parte posterior, se pone y se quita con facilidad, igual que con el de un Fórmula 1. Una vez fuera, el reglamento penaliza económicamente aquellos pilotos que no dejen de nuevo el volante colocado para que los comisarios lo puedan manejar en caso de avería o accidente.

 

En la parte frontal del volante encontramos cuatro botones de colores distintos distribuidos alrededor de una pantalla central o display, encima de la cual hay una tira luminosa que realiza la función de cuentarrevoluciones. El botón amarillo situado en la parte superior derecha es el limitador de velocidad en boxes, que el piloto debe accionar al entrar en el pit lane para que el monoplaza no supere los 60 Km/h. A la izquierda, un botón azul activa la radio para que el piloto pueda comunicares con su equipo en los boxes. El botón negro y el verde, situados en la parte inferior, sirven para cambiar la pantalla que aparece en el display (marchas, revoluciones del motor, temperatura de agua y aceite…).

 

El piloto puede elegir entre ocho y diez pantallas en función de lo que quiera saber en cada momento. Cada una de ellas muestra tres o cuatro informaciones distintas, aunque por defecto en todas aparece la velocidad engranada y la temperatura de agua y aceite. Pero en cualquier momento se puede cambiar para comprobar las revoluciones a las que va el motor, tiempo por vuelta, mejor tiempo, parciales por vuelta, voltaje de la batería, etc… El cuentarrevoluciones luminoso consta de siete pequeños indicadores: los tres primeros son verdes, los dos del medio amarillos (cuando quedan 200 o 300 vueltas para llegar al corte de encendido del motor) y los dos último rojos (al llegar al corte del encendido del motor). Lo normal es que el piloto llegue hasta justo entre las dos últimas luces amarillas y la primera roja. Ese es el momento de cambiar de marcha, porque de lo contrario es probable que baje abruptamente la entrega de potencia en ese momento e incluso que se rompa el motor.

 

Aunque sin llegar a los niveles de complejidad de un Fórmula 1, el volante, así como el pequeño habitáculo de un GP2, requieren de un gran conocimiento y familiarización. Este año, los pilotos Repsol Borja García y Neel Jani deberán superar situaciones comprometidas y duros rivales, pero antes deberán dominar a la perfección todos los  secretos y entresijos de sus monoplazas.

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