La participación de los equipos y pilotos Repsol en el Rally Dakar es un doble reto para la compañía. En primer lugar, el puramente deportivo, y en segundo el estrictamente técnico, ya que en su condición de suministrador oficial de carburantes y lubricantes de los equipos Mitsubishi, KTM y Epsilon, Repsol desarrolla productos específicos para resistir las condiciones más exigentes de una prueba que representa la dureza y exigencia suprema y un excelente banco de pruebas para los lubricantes y carburantes de la petrolera española.
Todo ello con una dificultad añadida como es el adaptar los productos Repsol a las necesidades concretas de cada motor. Desde el monocilíndrico de 660 cm3 de la KTM hasta el seis cilindros en línea turboalimentado de 12.816 cm3 del camión MAN, pasando por el seis cilindros y 3.997 cm3 del Mitsubishi. Motores distintos, con características y regímenes de giro muy diferentes. Motores de competición todos ellos pero que no tienen nada que ver entre sí.
Repsol ganó la edición 2004 en la categoría de motocicletas y la categoría T 4.2 en camiones. El desafío se amplía este año con un nuevo reto: ganar en la categoría de coches con Mitsubishi. Los coches del constructor japonés han sido evolucionados aunando la experiencia de años anteriores con mejoras en la puesta a punto de motor, suspensiones y chasis. Repsol aporta al equipo desde esta edición del Dakar combustibles y lubricantes adecuados a las características técnicas de sus motores.
En una competición tan dura y exigente como el Dakar es fundamental el papel que juegan los lubricantes, ya que proteger los motores en estas condiciones extremas no es tarea fácil. Se han diseñado con criterios en los que prevalece:
Proteger al máximo el motor frente a desgastes, utilizando aditivos de última generación.
Ajustar la viscosidad a las condiciones cambiantes de frío y calor, para minimizar la fricm3ión y estar en condiciones de obtener la máxima potencia cuando la temperatura del aceite es muy elevada, al circular con alta carga y poca refrigeración sorteando dunas. Piezas como pistones, cojinetes de biela y bancada, árbol de levas y sistema de distribución variable requieren un cuidado especial en estas situaciones.
Si hay algo que diferencia al Dakar de otras competiciones es el polvo y la arena reinantes en el desierto. Aunque los filtros juegan aquí un papel importante, es fundamental la ayuda que el aceite proporciona en caso de que el polvo alcance el interior del motor, sobre todo en estos motores de muy alta cilindrada (4.000 cm3) y elevado par motor.
En esta prueba de duración, la cantidad de combustible utilizado es un factor a tener en cuenta. Los equipos de Repsol emplean gasolinas y gasóleos de última generación, formulados con la más moderna tecnología de aditivación para mantener limpios los sistemas de admisión, alimentación de combustible y minimizar los depósitos en la cámara de combustión. Se consigue así mantener las prestaciones de los vehículos a lo largo de toda la prueba.
Más de treinta años de presencia en competición avalan la experiencia técnica de Repsol YPF, que desde su Centro de Tecnología situado en Móstoles ha aprovechado la valiosa experiencia aportada por anteriores ediciones del raid para facilitar a los miembros de los equipos Repsol los productos más adecuados que permitan a los motores resistir los enormes cambios de temperatura – hasta 30º C de diferencia entre el día y la noche – del desierto, y de forma especial en esta edición, la extraordinaria dureza de varias de las etapas.
El trabajo realizado mostró su gran eficacia en las motocicletas KTM y el camión MAN el pasado año, lo que permitió lograr destacadas victorias y sobre todo un gran índice de fiabilidad en los motores. El reto es lograr la misma eficacia en 2005 en la categoría de coches.