Nani Roma, ya inmerso en la cuenta atrás para el rally 2006, ha mostrado hoy a los Medios de Comunicación como es «desde dentro» el pilotaje de su coche.
El circuito off-road de «Ca’l Cucut», próximo a la localidad gerundense de Viloví D’Onyar, ha sido hoy miércoles escenario del ya habitual encuentro de Nani Roma con los Medios de Comunicación, en la que es una de las últimas ocasiones que los periodistas podrán hablar tranquilamente con el piloto Repsol antes de que a su marcha a tierras africanas para disputar una nueva -su úndécima- edición del Dakar. En un día frío, aunque con tiempo soleado, el piloto de Folgueroles ha compartido sus sensaciones y aspiraciones con los compañeros de la prensa que hasta ahí se han acercado. Pero a diferencia de la reunión que tuvo lugar el año pasado, todos ellos han podido disfrutar de una experiencia única junto a Nani: sustituir a Henry Magne, su compañero habitual, en las labores de copiloto del Mitsubishi Montero Evolution, el mismo coche con el que tomará la salida del Lisboa-Dakar 2006 el próximo 31 de diciembre. Durante unos intensos minutos, los asistentes ha podido experimentar las sensaciones que ofrece el coche imbatible en el rally más duro del mundo, un vehículo de casi dos toneladas y 4.000 cc.
La experiencia ha impresionado a los copilotos noveles que tras la descarga de adrenalina han compartido otros momentos más relajados, aunque también divertidos, con Nani Roma y su mujer Rosa, que también participará este año en el Dakar.
Nani Roma:
«La verdad es que he disfrutado mucho con la experiencia y creo que ellos también, aunque alguno más que otro. Es muy positivo que podamos hacer este tipo de encuentros en un ambiente mucho más relajado para todos que el del propio Dakar, porque allí ya estamos inmersos al 100% en la carrera. Ahora me marcho a Francia y luego a la Bretaña a hacer los últimos entrenamientos con el equipo. Luego regresaré a casa a pasar las navidades con la familia y en cuanto me quiera dar cuenta ya estaremos camino de África. Estoy ansioso porque llegue el momento.»