La relación y el apoyo de Repsol al mundo de la competición no sólo ha estado ligado a los grandes equipos con ambiciosos objetivos, sino también muy unido a apoyar ¡a base del deporte. Y el mejor exponente de ello fue el patrocinio de las Copas Renault y la colaboración que del petrolero algunos pilotos y equipos recibieron puntualmente.
El hecho de que la Escudería Repsol desapareciera como tal en 1973, no significó que la empresa petrolera se retirara de la actividad en competición. Y es que tras unos años de intensa actividad, en los que la Escudería Repsol había dejado su poso, la marca de lubricantes no podía desaparecer de un plumazo del automovilismo deportivo. Por ello, en la década de los setenta se establecían una serie de acuerdos con Renault, para apoyar la por entonces muy interesante Copa Renault 8TS, de la que con el tiempo emergerían no pocos pilotos, que durante años llenaron páginas y más páginas del automovilismo deportivo en nuestro país.
Y es que la base, la iniciación había que estimularla y apoyarla y en aquellos años, como después pasó con el Renault 5, el R8 TS era un coche más asequible para iniciarse en las carreras. Una mecánica sencilla, que prácticamente no exigía más preparación, que unas barras antivuelco, un cinturón arnés y, eso sí, mucho coraje para dominar un todo atrás, que en el mejor de los casos no contaba con más de 70 caballos. El Renault 8 TS fue un coche mágico. Exigía, destreza, tacto y finura en su conducción, y cruzarlo más de la cuenta significaba perder décima tras décima, y al final, y casi sin darse cuenta, quedar en la cola del pelotón de cabeza era lo más fácil. De esta Copa salieron triunfadores pilotos como Salvador Cañellas (1969), Juan Ignacio Villacieros (1972), Luis Pérez Sala (1980) y Carlos Sainz (1983), entre otros, que posteriormente marcarían un hito en aquellos años y en los posteriores.
A la Copa Renault 8TS le seguiría la Copa Renault R5, la 5 Turbo, que siempre contó con el apoyo de Repsol, en forma de premios, primas de salida, etcétera. Estas copas colaboraron a la formación de un sinfín de pilotos, que con el tiempo destacarían en diferentes especialidades del automovilismo deportivo. En otro orden Repsol apoyaba ya en 1981 a pilotos como Genito Ortiz, cuando el militar conducía un Golf GTi terminando quinto en el Campeonato de España de ese año. Posteriormente Repsol patrocinó, en parte, el equipo Renault, desde 1981 a 1985, también con Genito y con Carlos Sainz con los que se conseguían destacados éxitos, entre otros el Campeonato de España de Rallies de 1983.
También en 1982 Repsol copatrocinó los Fiesta 1.600 grupo 2 del equipo Ford, con Salvador Serviá y José Couret como pilotos, con los que Ford conseguía el Campeonato de Marcas esa temporada. Igualmente Repsol apoyó también la I Copa Ford Fiesta, que sería ganada por el vasco Freddy. En definitiva, Repsol cuenta con una dilatada actividad y participación en el deporte del motor estando siempre al lado tanto de las figuras consagradas como de los que se inician en una actividad costosa, pero que aporta grandes satisfacciones a unos y otros.
