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Marc Márquez y Dani Pedrosa afrontan esta semana en Australia los segundos entrenamientos oficiales del año, aprovechando la temporada estival en el hemisferio sur.
Situado a menos de 150 kilómetros al sur de Melbourne, en el extremo meridional de Australia, el circuito de Phillip Island acoge desde mañana y hasta el viernes, las segundas pruebas oficiales del año. Dos semanas después de los primeros entrenamientos realizados en Malasia, Marc Márquez y Dani Pedrosa regresan a las pistas para seguir con el desarrollo de su Honda RC213V 2017, en un trazado ubicado en el hemisferio sur que, al estar situado en una zona con un clima templado oceánico, ahora se encuentra en pleno verano.
A diferencia de lo que sucede cuando el Mundial visita la isla australiana en octubre, en estas fechas se encontrarán una temperatura máxima media de unos 23,8ºC. La mayoría de pilotos coinciden en calificar Phillip Island entre los escenarios más bonitos del calendario, pero también es uno de los circuitos más técnicos donde el frecuente viento, procedente de Tasmania y del Polo Sur, sopla de cara en la recta principal y complica los cambios de dirección en algunas de las curvas.
Con 4.448 metros de largo y 12 curvas, 7 a la izquierda y 5 a la derecha, es la segunda pista –tras el Red Bull Ring– con mayor velocidad media de la temporada: 182 km/h y una de las más exigentes con los neumáticos. Sus dos últimas curvas, de izquierdas, son de las más rápidas del calendario y exigen tanto al neumático que el fabricante Michelin facilita compuestos asimétricos, con el flanco izquierdo más duro que el resto de la cubierta.
Un exigente y técnico trazado que permitirá a pilotos y equipos continuar trabajando en la puesta a punto de sus monturas de cara al inicio del Mundial 2017, dentro de poco más de un mes, en Catar.