Gilles Bigot es uno de los rostros familiares del paddock y esta temporada se cumplen 20 años del título de 500 c. c. que logró en 1999 junto a Álex Crivillé.
Para este francés de 62 años, la igualdad que hay actualmente en MotoGP está ofreciendo un gran espectáculo al que contribuyen no solo los pilotos más consolidados, sino nuevos y jóvenes talentos. Bigot es actualmente jefe de mecánicos en Moto2, pero uno de los principales hitos de su carrera llegó al convertirse en el hombre de confianza de Álex Crivillé en el equipo Repsol Honda, cuando se alzaron con el título de 500 c. c. en 1999.
Tu relación con el equipo Repsol Honda está muy ligada al título de Álex Crivillé en 1999. ¿Cómo recuerdas aquella temporada?
“Fue un sueño hecho realidad; el desenlace de mucho trabajo y un camino repleto de obstáculos para Álex [Crivillé], porque tenía como compañero de equipo al mejor piloto de la década los ‘90. Al principio de la temporada, creo que encontramos una muy buena base en la puesta a punto, ya que desde 1995, una de mis peticiones a HRC para ayudar a Álex era desarrollar un control electrónico de las válvulas de escape, para controlar mejor la potencia en las aceleraciones, y funcionó muy bien. Muchos elementos se reunieron para ser muy competitivos y hacer una buena temporada”.
Llegaste a Honda con Álex. ¿Cómo fue llegar a un equipo japonés, con un joven piloto español y un compañero como Doohan?
“Al principio fue más bien difícil, porque Álex era el tercer piloto, era mi primer año como jefe de mecánicos, y mi primer año en 500 c. c.. En los primeros entrenamientos de pretemporada en Australia, el primer día me dijeron que íbamos a utilizar las dos motos de Doohan de 1993, algunos recambios, y que estaríamos detrás del box de Mick Doohan y Shinichi Itoh. Ya entendí que deberíamos ganarnos la confianza de HRC. En las tres primeras carreras, la diferencia con el primero fue bastante grande y hubo tensión. Pero en Jerez, Álex redujo mucho la ventaja y en la siguiente, en Salzburgring –Austria–, nos quitamos un peso de encima gracias al podio que consiguió después de pelearse con Kevin Schwantz. A partir de ahí ganó confianza y en el equipo todo fue bien; había muy bien ambiente entre todos. Siempre recordaré una imagen tras una caída de Álex en los entrenamientos de Laguna Seca. Había destrozado la moto y, cuando llegó al box, los mecánicos de Mick y Shinichi nos ayudaron a reconstruirla. En menos de una hora la moto estuvo lista”.
¿Cómo ha cambiado el trabajo de un jefe de mecánicos en este tiempo?
“Antes había muchas cosas que podía decidir un jefe de mecánicos; desde la puesta a punto, el ajuste de la caja de cambios, la geometría del chasis, la carburación, etc. Teníamos 4 o 5 neumáticos delanteros distintos, y 5 o 6 traseros, y había que escoger bien. Había menos técnicos e ingenieros. Con la potencia actual, la electrónica necesaria para controlarla ha tomado un papel más importante. Hoy en día es más sencillo en cuanto a la elección del neumático, pero se requiere mucha más reflexión a la hora de analizar a qué temperatura funciona mejor cada compuesto. Todo se analiza hasta el mínimo detalle y hay varios ingenieros que trabajan con la electrónica. Los datos han tomado el poder.
Una pequeña anécdota de mi primera temporada es que Álex pidió a HRC participar en el Superprestigio, en Albacete, y HRC contestó que sí. Cuando pregunté qué material dispondríamos, la respuesta fue: ‘una moto y algunos recambios, el coordinador –Roger Van der Borght– un mecánico y tú’. Sin ordenador, ni datos, pusimos a punto la moto gracias a las indicaciones de Álex y ganó las dos mangas”.
Después de cuatro carreras, hemos visto dos victorias de Márquez, una de Dovizioso y una de Rins, con tres motos distintas. ¿El Mundial está más igualado que nunca?
“Sí, está muy interesante, porque es muy homogéneo. Es un inicio de temporada fantástico y ver tres marcas distintas capaces de ganar es muy bueno para el motociclismo. Aunque nuestro corazón apoye a un piloto en concreto, no hay nada mejor que saber que, desde la salida, varios pilotos y marcas aspiran a la victoria. Esto hace que las carreras sean más bonitas”.
«Jorge encontrará las soluciones para ir más rápido»
Con tanta igualdad, ¿cuál es la clave para marcar la diferencia?
“Todos llevan los mismos neumáticos, la misma centralita electrónica, hay un límite en los entrenamientos de pretemporada e incluso en los Grandes Premios, porque el FP2 se ha convertido en una sesión cronometrada para acceder directamente a la Q2. Todo ello deja poco tiempo para poner a punto la moto y requiere el máximo de concentración y de condiciones físicas. Deben estar muy determinados para llegar al límite y ahí un 1% marca la diferencia”.
¿Cómo ves esta temporada?
“Imaginaba que Marc estaría a un gran nivel desde la primera carrera y que veríamos Dovizioso con él. También pensaba que Álex Rins podría ganar un Gran Premio este año, pero ya lo ha logrado y está segundo del campeonato, lo que es admirable. Valentino [Rossi] siempre está ahí, pero la otra novedad es Fabio Quartararo. Le falta acabar de conseguir un buen resultado, pero tiene velocidad y un estilo que se adapta bien a su moto. ¿Qué va a pasar a partir de ahora? De momento Márquez me parece el más fuerte, pero detrás hay varios pilotos que pueden dar la sorpresa y los más jóvenes tienen los dientes largos, así que está siendo muy interesante”.
¿Qué podemos esperar de Jorge Lorenzo?
“Tiene mucho valor al haber cambiado dos veces de marca en tres temporadas. La Yamaha parece ser la más dócil de pilotar, así que marchándose hizo una apuesta muy arriesgada. Después se fue de una Ducati que ya conseguía gestionar, para pilotar una Honda. Es otro acto de valentía, porque el tiempo pasa muy rápido y hay que mantener la motivación cuando los resultados no son los esperados. La reducción de entrenamientos y el nuevo formato de las sesiones del sábado tampoco le han ayudado, aunque creo que Jorge encontrará las soluciones para ir más rápido. La duda es si será suficiente para pelear delante”.
¿Qué crees que pasará este domingo en el Gran Premio de Francia?
“Para el Gran Premio de Francia esperemos en primer lugar que haga sol. Sabemos que Marc Márquez dará su máximo, así que no será él quien centre las miradas, sino más bien Fabio Quartararo. ¿Qué hará? Si se confirma, podría ser un revulsivo para muchos pilotos. Luego está Álex Rins, que en Le Mans ganó en Moto2 y logró tres podios en Moto3, así que podría sumar otro hito en MotoGP”.