Tormenta de día, tormenta de noche.
‘Esta carrera un día te ataca por un sitio y, cuando te cubres por ese flanco, te acribilla por el otro’.
Hemos llegado los tres al vivac de El Burma, aunque el único que se ha librado hoy de problemas ha sido Marc. Hemos tenido una auténtica tormenta de preocupaciones con la rueda y el motor. Sobre los neumáticos, hay que preocuparse lo justo: esta carrera un día te ataca por un sitio y, cuando te cubres por ese flanco, te acribilla por el otro.Así que tenemos que tener prudencia y estudiar bien el terreno. Si vuelve a haber piedras, habrá que bajar el ritmo y dejar que las monocilíndricas nos pasen, que ya se las devolveremos en la arena. Iremos bien mientras lo único que toque el suelo sea la rueda.
Al llegar a El Burma se ha empezado a levantar viento y amenaza tormenta de arena para la noche. Hemos tenido que parapetarnos en un hangar para estudiarnos el road book de mañana. Es una etapa seria. Aunque llevamos ya una semana de carrera, lo de hoy ha sido el primer aviso y mañana será un plato fuerte. Muchos se van a volver a casa.Hoy nos hemos tenido que levantar a las cuatro y media, porque a las seis menos cinco ya le tocaba salir a Nani. Es el problema de ganar: eres el que más madrugas, porque sales el primero al día siguiente. Hemos dejado Tozeur, que era una ciudad donde incluso hemos tenido un hotel donde ducharnos, para llegar a El Burma, que es una planicie sin nada, en mitad de la nada. Mañana entraremos en Libia y esperamos bastante frío, que es otro de los inconvenientes para dormir y, sobre todo, para ir encima de la moto.
De día hace calor, pero de noche& No es nada amable la noche en el desierto. Que se lo digan a Nani, que se pasó una noche entera en el desierto en 2000, con la moto rota, y las pasó canutas. Suena muy romántico y muy aventurero, pero creánnos: sin saco, sin tienda y sin ropa de abrigo, el desierto por la noche es un infierno.