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Dakar 2003. El circo por dentro. Diario de un equipo

Un día menos.
Para hacer quinto en el Dakar, hay que correr mucho, saber navegar y ‘robarle la cartera’ a algunos pilotos oficiales.

 

Cuando Marc se ha enganchado a la rueda trasera del grupo de delante, él tenía dudas sobre si iba a ganar la etapa. En el campamento, la organización distribuía comunicados en los que le daba líder de la especial -sin considerar que Gio Sala salía muy atrás y tenía ventaja porque podía seguir las huellas de los de cabeza sin perder tiempo-, antes de que corriera un rumor: iban a penalizarle con cuatro minutos. ¿Qué había pasado? El Dakar es a veces una carrera un poco desordenada. Los jueces no están en una oficina climatizada, sino en mitad del desierto abrasados por el viento y la arena. Las pantallas de los ordenadores no se ven a la luz del Sol. El ‘jury’ de la carrera no ha dormido en un hotel de cinco estrellas, sino que se ha metido en la tienda de campaña, tal vez habiéndose comido un quesito por toda cena. Todo eso hace que pilotos, periodistas y organizadores estemos cansados, perdamos reflejos y cometamos errores. Y hoy el juez que tenía que darle la salida a Marc después del repostaje, se equivocó. Se adelantó cinco minutos. Y creó una falsa ilusión: Marc había ganado una etapa. Luego no fue verdad, y casi, como diría Nani, menos mal que no lo era. Marc aún está aprendiendo. Está construyendo un futuro. Y ganar una etapa no debería estar aún a su alcance con una moto de serie y en su segunda participación. Si hoy hubiera ganado, cuando hiciera un quinto parecería poco.

 

Y para hacer quinto en el Dakar, hay que correr mucho, saber navegar y ‘robarle la cartera’ a algunos pilotos oficiales. No, Marc. Aún era demasiado pronto. Hubiera sido prematuro tu día de gloria, por mucho que los comunicados de prensa nos hicieran soñar a todos los españoles. Bastante es verte llegar a la meta esprintando con Meoni o Sainct, dobles ganadores del rally. ‘Demasié’. Todo el equipo nos hemos puesto tensos, pero aún no era tu hora. Ya llegará. Lo que daba rabia hoy eran otras cosas. Como ver caerse, por segunda vez en la carrera, a Richard Sainct. Era una zona de polvo blanco, ha cogido una piedra por sorpresa y ha salido volando. Tenía el escape tocado, la moto un poco rota, pero no le ha pasado nada. Es una bendición que así haya sido. Pero eso aumenta nuestra teoría sobre la mala suerte de Nani: ¿Cómo es posible que se haya caído sólo dos veces y haya perdido los últimos cuatro rallies? Sainct ya se ha caído en esta carrera tantas veces como Nani en cuatro años de Dakar. Y resulta que Richard está líder y sigue en carrera. Y Nani está viendo los resúmenes por televisión…

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