Del infierno al cielo.
Marc Coma ha demostrado que es una fantástica apuesta de futuro, pero le quedan, como mínimo, dos o tres años más para aprender y consolidarse.
Ayer por la noche tuvimos una cena oficial de KTM, que reunió a la cúpula de la marca, a los pilotos y los responsables de los patrocinios. Todo el mundo, desde el primer jefe de KTM hasta el último, tuvo especiales palabras de elogio para Marc. El lo escuchaba todo sentado y lo agradecía, con la muñeca derecha vendada, después del susto que se había dado en la etapa. Por un momento, pensó que podía haberse roto algo -le duele bastante- y se sentía fatal. Sobre todo por el equipo, porque todo el mundo se ha volcado con él y él ha peleado cada día por estar a la altura. Hoy, justo antes de subir al podio, estaba radiante. Todos los pilotos lo estaban. Pero Marc tanto como el que más, tanto como el que había ganado. Ha pasado esta gran prueba de fuego con muchos momentos en los que la carrera le ha puesto a prueba -cuando se quedó tirado con el eje del cambio roto, cuando se le rompió el talón del neumático trasero, cuando paró a confortar a Nani tras su caída, cuando ayer, ya oliendo la meta, se cayó, se hizo daño y pensó que tal vez no podría acabar…-. Cuando han dicho su nombre y ha tenido que saludar desde el podio, todo el equipo estaba feliz. Marc ha tenido que hacer esto más solo de lo que todos esperábamos -la mala suerte dejó fuera a Isidre y a Nani- y con una gran presión que él mismo se ha impuesto. No es sencillo cargar con todo eso con 26 años, o sentarse a comer en la misma mesa de Fabrizio Meoni, Richard Sainct y Giovanni Sala como uno más. Es muy fácil para los que estaban fuera repetirle un rato y otro que no corriera, que lo hiciera fácil… Pero Marc se encontraba con ritmo -lo ha demostrado y se ha ganado el respeto de todos- como para estar muy arriba, y sólo ha logrado contenerse muchas veces porque es un tío listo.
Acabado el Dakar, ahora la vuelta a España le va a volver a poner a prueba. Antes de comenzar la carrera, pocos le conocían fuera del mundo del enduro. Ahora tendrá que encajar las expectativas que ha creado y lograr zafarse de la presión que para el año que viene muchos le quieren colocar. Fabrizio Meoni fichó por KTM como piloto oficial con 40 años, después de un montón de dakares, y lo ganó por primera vez con 43. Fabrizio es un caso especial, pero es mucha mejor referencia que la de Nani, que llegó a Africa con 24 y el primer día se puso líder. Desde entonces, ha tenido que cargar con una presión gigante que le obligaba a ganar. Marc ha realizado un rally magnífico, espectacular. Pero, como decía Nani hablando con franqueza, -aún lo tiene todo por aprender, la navegación y cómo es este rally… En España siempre tenemos prisa. Hay que calmarse: Marc Coma ha demostrado que es una fantástica apuesta de futuro, pero le quedan, como mínimo, dos o tres años más para aprender y consolidarse. No le quitemos peldaños a la escalera, no sea que lo tiremos por el hueco. Porque Marc, por edad, podría ser hijo de Fabrizio, que le saca 19 años. Y esta es una carrera tanto de experiencia como de gas. A lo segundo, pocos le ganan aquí a Marc. Pero en lo primero es un novato. Un novato listo. Pero un novato.