Tras vencer en motos Nani Roma la edición 2004 del Dakar, unos meses más tarde el español dejó las dos ruedas para comenzar a participar en la categoría de coches. Desde entonces, su oficina particular es el copkit del Mitsubishi Montero en sus diferentes versiones, una jaula asegurada repleta de botones y dispositivos que controlan todos los elementos del coche con el que participará él y sus compañeros Alphand, Peterhansel y Masuoka en la edición número treinta del rally Dakar.
Descargar PDF Junto a su copiloto Lucas Cruz, los dos miembros del Team Repsol Mitsubishi Ralliart controlan mediante los dispositivos situados sobre la guantera, en fibra de carbono, desde la presión de los neumáticos y de las bombas de gasolina o aceite, hasta los limitadores de velocidad para aquellas zonas en las que no pueden rebasar un determinado límite. En un coche de competición de estas características, los pilotos Repsol no se limitan a controlar el volante, freno, acelerador y cambio de marchas, sino que cuentan con multitud de botones, aparatos y herramientas que le dan a la cabina un aspecto más parecido a un avión o una nave espacial que al de un coche de carreras.
El trabajo dentro de la cabina de esta nave terrestre se acumula tanto para el piloto como para el copiloto. En el caso del primero, éste debe centrarse exclusivamente en el pilotaje, y en mirar enfrente y evitar las posibles trampas del terreno. Lucas Cruz, el copiloto, es tal vez el que tiene más trabajo dentro de la cabina del Mitsubishi Montero Evolution MPR13, ya que Lucas debe preocuparse de la navegación, de controlar el buen funcionamiento de todos los dispositivos del coche, de activar el sistema Sentinel cuando deben realizar un adelantamiento, tocar el claxon cuando sea necesario, leer el roadbook, etc… Y todo ello mientras el habitáculo se mueve arrítmicamente entre baches, agujeros, arena, piedras…
En el lado del copiloto se encuentran los principales instrumentos de navegación; de esta forma, mientras Nani se concentra en ir deprisa, Lucas le va dictando el camino a seguir, y los posibles peligros, dificultades y cambios de rumbo de cada etapa. Además, gran parte de los instrumentos, como la bocina, el limpiaparabrisas, o el Sentinel (dispositivo de seguridad que permite advertir a un coche situado a 300 metros por delante de que van más rápido, y que se aparten para ser adelantados sin correr peligro), están colocados de manera que los pueda accionar el copiloto, permitiendo una vez más al piloto centrarse exclusivamente en la conducción.
El espacio interior está reforzado con una serie de barras antivuelco para que en caso de accidente, las consecuencias sean las mínimas posibles. En este reducido espacio, Nani Roma y Lucas Cruz pasarán cada día un mínimo de 10 horas, aunque algunas jornadas podrán alcanzar las 14. Teniendo en cuenta las medidas de su oficina, la buena relación y entendimiento entre Roma y Cruz pasa por ser imprescindible para poder afrontar conjuntamente el reto que significa esta prueba africana.