Una prueba como el Dakar representa la dureza y la exigencia suprema y es un excelente banco de pruebas para los lubricantes y carburantes Repsol, ya demostrada en la alta competición con la consecución de sucesivos campeonatos del mundo en las diferentes cilindradas del mundial de velocidad. El Dakar es, como saben todos los aficionados, un test durísimo para pilotos y mecánicas y exige la utilización de productos específicos capaces de garantizar la máxima fiabilidad.
En estas condiciones extremas, en las que muchas veces se les solicita a los motores durante periodos de funcionamiento muy largos sus máximas prestaciones, es fundamental protegerlos con lubricantes adaptados a estas condiciones, a los cuales se les exige:
– Máxima protección de las piezas mecánicas más solicitadas, como por ejemplo los pistones y los cojinetes de biela y bancada.
– Alta detergencia para evitar la formación de depósitos en los segmentos, y así poder mantener la compresión del motor durante toda la prueba.
– Viscosidad adecuada y alto índice de viscosidad para garantizar la lubricación en las condiciones más extremas de frío y calor.
– Aditivos específicos que eviten un desgaste prematuro al circular por zonas con mucho polvo y arena.
La experiencia de un grupo de expertos como el que trabaja en el Centro de Tecnología que RepsolYPF tiene en Móstoles (Madrid) puede marcar la diferencia.
Respecto a los combustibles, independientemente de obtener altas prestaciones en todo el régimen de utilización, es fundamental garantizar la limpieza del motor durante toda la carrera. Se formulan con los siguientes criterios:
– Utilización de corrientes de refinería obtenidos de los más modernos procesos de refino.
– Incorporación de aditivos multifunionales de última generación para mantener limpios todos los sistemas de admisión, destacando válvulas e inyectores.
– Minimizar los depósitos en cámaras de combustión para evitar combustiones anormales.