Es una lástima, no hay duda. Íbamos en un cuarto lugar bastante sólido, sólo faltaban un par de vueltas para el final y la moto iba bastante bien en lluvia. Pero en cuanto he tocado los frenos al final de la recta de atrás se me ha ido. No había empezado siquiera a bajar de marchas y cuándo me he dado cuenta iba cada vez más rápido a medida que me iba al suelo; ha sido duro. Da rabia, pero parece que no me he roto nada, así que dentro de todo es bueno, aunque me he dado un fuerte golpe en el pecho. Es tremendamente decepcionante para mí y para el equipo, pero hoy no puedo echarle la culpa a nadie más que a mí. La moto ha ido bien en lluvia – se movía un poco y algunos de los demás pilotos iban mejor-, pero esto realmente no nos lo merecíamos. Supongo que estas cosas pasan, así que seguiremos trabajando para volver con fuerza a la próxima carrera en Italia.
