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Países del Dakar 2006: Guinea

La República de Guinea, conocida comúnmente como Guinea, limita al norte con Guinea Bissau, Senegal y Malí, al sur con Sierra Leona y Liberia, al este con Malí (que con 858 Km constituye la mayor frontera del país) y Costa de Marfil, y al oeste con el Océano Atlántico. Está situado en las coordenadas geográficas de 11º 00′ Norte y 10º 00′ Oeste y su capital es Conakry. Ocupa una superficie total de 245.857 Km2 y cuenta con una población estimada de más de 8,5 millones de habitantes. Se estima que la población alcance los 18 millones de habitantes para el 2050. La densidad de población se sitúa en 34,5 habitantes por Km2, con un crecimiento anual del 1,6%. La esperanza de vida está situada en 49,1 años y la mortalidad infantil en 101,7 por cada 1.000 nacidos vivos. Los guineanos se dividen en dieciséis grupos étnicos, los más numerosos de los cuales con son los fulanis, mandingas, malinkes y sussus. La religión mayoritaria es la musulmana (65%), el 33% de la población practica cultos tradicionales, mientras que el 2% restante son cristianos y de otros grupos menores. El francés es el idioma oficial, pero de entre las lenguas nativas, las más habladas son el malinké y el sussu. Sólo el 36% de la población está alfabetizada; un 50% de los hombres y un 22% de las mujeres.

 

El relieve de Guinea está dominado por una gran meseta en la que se encuentra el macizo de Futa Djalón, del que el monte Nimba, con sus 1.854 metros, es su cumbre más alta.  Los ríos más importantes son el Níger, el Gambia y sus afluentes. Goza de un clima tropical templado, con una temperatura media anual de 22º C, variando el oeste húmedo y cubierto de selvas del este, con una larga estación seca y una vegetación de sabana. Las tierras de labrantío constituyen un 2% de la superficie total del país, y el macizo central de Fouta Djallon, donde predomina la actividad ganadera de ovejas y cabras, separa una planicie costera de la parte noreste. La zona costera, densamente poblada, es húmeda y dispone de cultivos de arroz, café, cocoteros y bananos, mientras que la parte noreste es más seca y consta de plantaciones de mijo y mandioca. El país cuenta con importantes yacimientos de hierro, y con un depósito de bauxita que está entre los más grandes del mundo. También existen explotaciones de diamantes, oro y uranio. La madera destinada a la construcción, la fuerza hidroeléctrica y la pesca son otros de los recursos naturales de que dispone el país. Las precipitaciones abundantes alcanzan de 3.000 a 4.000 mm. anuales en la costa y la degradación de los suelos es consecuencia de la intensa explotación minera. Las industrias mineras, manufactureras livianas y de alimentos a base de productos agrícolas, son la base de la economía de Guinea. La moneda oficial es el Franco de Guinea o GNF (1¬ = 5.000 GNF). El producto interior bruto total del país es de 17 millones de US $, con un crecimiento anual del 2,1%, mientras que el PIB no alcanza los 2 dólares por habitante.

 

Las llanuras nororientales de Guinea Conakry pertenecieron a Ghana durante la edad media y después al imperio de Malí. Los primeros navegantes en acercarse a las costas guineanas fueron los portugueses a mediados del siglo XV, a los que se impondrían los franceses en el siglo XVII y posteriormente los comerciantes británicos. Todos ellos competían por el control del mercado de esclavos en la región y, más tarde, al acabar este mercado, por el de materias primas como el aceite de palma, cacahuete, etc. En 1849, los franceses declararon Protectorado a una parte del país y, después, tras diferentes pactos e imposiciones sobre la autoridad, varios grupos étnicos se anexionaron a otras tierras y pasaron a denominarse los Ríos del Sur. En 1891 se constituyó como una colonia francesa separada de Senegal, del que hasta entonces había sido parte. Su nombre se cambió por el de Guinea Francesa en 1893, y dos años más tarde entró a formar parte del Africa Francesa del Oeste. Hasta la Segunda Guerra Mundial apenas había comenzado una explotación de las riquezas del país por parte de los franceses, pero el descubrimiento de ricos depósitos de bauxita promovió su explotación. Ese hecho, unido al crecimiento de un movimiento obrero organizado, se convirtieron en el inicio de la lucha organizada contra el colonialismo francés.

 

En esta lucha sobresaldría Sékou Turé, líder obrero que posteriormente encabezaría el Partido Democrático de Guinea (PDG), y bajo su dirección, Guinea Conakry sería la única colonia que votó en contra de la constitución de la Comunidad Francesa en 1958 y optó por la independencia completa. Francia se desquitó rompiendo relaciones con Guinea Conakry y retirando toda la ayuda financiera, técnica y de personal hasta 1963, en que se reestablecieron los lazos anteriores. Abandonada por Francia, buscó apoyos con la Unión Soviética, con quien mantuvo buenas relaciones hasta 1961, cuando el embajador soviético fue obligado a dejar el país, acusado de ingerencia en los asuntos internos del país. Bajo el mandato de Touré, que mantuvo la presidencia desde la fecha de independencia hasta su muerte en 1984, la de Guinea fue una república Marxista-socialista unipartidista. En 1970, el país fue invadido por tropas portuguesas estacionadas en la colonia de Guinea-Bissau, como represalia por el apoyo que el gobierno de Touré prestaba al movimiento independentista de la colonia portuguesa. Repelido el ataque, Guinea Conakry continuó apoyando la lucha de la resistencia del país vecino, convirtiéndose en su principal base logística y de preparación militar. En 1973, el gobierno tomó una mayor participación y control sobre la explotación de bauxita, hasta entonces en manos de empresas extranjeras.

 

La reanudación de sus relaciones con Francia, en 1978, le permitió hacerse con un paquete de ayudas para proyectos infraestructurales, además de lograr la colaboración financiera de los países árabes para arrancar varios proyectos industriales. Tras la muerte de Touré, un golpe militar impuso un Comité Militar de Recuperación Nacional (CMRN) dirigido por el coronel Lansana Conté, que fue reemplazado por un Comité de Transición en 1991. Conté fortaleció la empresa privada y los lazos con los países del Bloque Occidental, y en 1989, por las presiones internas e internacionales, anunció la restauración de un gobierno civil y la transición a formas democráticas. Ganó las primeras elecciones presidenciales multipartidarias del país de 1993, a pesar del boicot de algunos grupos de la oposición y de ser acusado de numerosos fraudes. En los últimos años, Guinea se ha visto enormemente perjudicada por los conflictos bélicos de los países vecinos, como Liberia y Sierra Leona, viéndose obligada a acoger a millares de refugiados, lo que obliga a un importante esfuerzo de la economía del país. 

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