No sólo de carreras, cronómetros y competidores se hablará en este Dakar 2005. La ciudad de Chinguetti, en Mauritania, será destino de más de dos toneladas de material médico, lo que significará un cambio importante en la vida de muchas personas.
A menudo se acusa al rally París-Dakar de dejar sólo más polvo tras su paso sobre tierra africana, pero no faltan las iniciativas solidarias dentro de la caravana del rally más famoso del mundo. Además de camiones de asistencia repletos de material escolar y médico, el Dakar es una inestimable ocasión de acercar a Occidente la realidad de África.
El Dr. Xavier Mir, jefe de la Unidad de Microcirugía y Cirugía de la Mano de USP Institut Universitari Dexeus, será el artífice de una de las iniciativas solidarias que tendrán lugar en esta edición. Integrado en la estructura del equipo KTM Repsol y a bordo de uno de los dos coches T5 preparados para la asistencia rápida de los pilotos Repsol, el Dr. Mir tendrá ante sí un doble reto; velar por la salud de todos los miembros del equipo y conseguir llevar a buen puerto un cargamento muy especial.
Tras 25 años de profesión en los que han pasado por sus manos multitud de deportistas de elite -recientemente Pedrosa, Elias, Melandri y Aoyama-, ésta será su primera participación en el Dakar. Gracias a la colaboración entre dos hospitales, uno privado -USP Institut Universitari Dexeus-, y otro público -Hospital de la Vall dHebrón- de Barcelona, el Dr. Mir acercará al hospital de Chinguetti, ciudad situada en el centro de Mauritania y que cuenta con 6.000 habitantes, cerca de dos toneladas de medicamentos y productos sanitarios de primera necesidad. Una pequeña ayuda que seguramente permitirá salvar la vida a un gran número de personas, entre ellos gran cantidad de niños, en un país donde la tasa de mortalidad infantil ronda el 12% y la esperanza de vida media se sitúa sobre los 53 años.
Para transportar todo este material, el Doctor Mir contará con la colaboración del Team Repsol Epsilon en categoría de camiones, el Mitsubishi Motors Repsol ATS Studios, el KTM Repsol y la ASO entre otros. El camión Man pilotado por Jordi Juvanteny, Jose Luis Criado y Francesc Pardo, que competirá en la categoría 6 x 6, ha dispuesto un espacio importante en su interior para el desplazamiento de parte de este cargamento. Lo mismo han hecho desde las filas los equipos KTM y Mitsubishi, mientras que la ASO ha cedido espacio en uno de sus aviones para el transporte de los medicamentos y productos sanitarios más frágiles.
– ¿Quién le incitó a tomar parte en esta aventura?
‘Al ser especialista en brazo, muñeca y mano desde hace años, he operado a muchos deportistas. Entre ellos, el año pasado operé a los tres pilotos de motos del equipo KTM Repsol, Nani Roma, Isidre Esteve y Marc Coma. Eso estableció una relación entre nosotros. Tras el Dakar del año pasado, me preguntaron si me apetecería hacer el Dakar y a mi me empezó a hacer mucha ilusión. Un día Jordi Arilla, el propietario del equipo, me ofreció la posibilidad de ir al Dakar como uno más. Al principio me quedé un poco sorprendido, pero a partir de ahí, poco a poco la idea fue madurando.’
– ¿En qué consistirá su paso por África?
‘Viajaré en uno de los coches de asistencia del KTM Repsol Team, junto a los mecánicos, la fisioterapeuta y el jefe de prensa. El recorrido del rally lo haré entero, pero mi principal cometido será llevar todo el material que hemos conseguido reunir hasta el hospital de Chinguetti, al norte de Mauritania, durante la etapa de descanso que el rally disfrutará en Atar.’
– Una vez aceptó ir al Dakar ¿qué le hizo plantearse esta empresa humanitaria?
‘El planteamiento original era participar como pasajero en un coche de asistencia y aprovechando que soy traumatólogo, realizar cuidados médicos puntuales a los miembros del equipo, pero en ningún momento participar como médico, ya que el rally cuenta con su propio equipo. Una vez acepté participar, me pareció que debíamos hacer algo más. Al comentar el tema con USP Institut Universitari Dexeus y el Hospital de la Vall dHebrón, y detectar que había una gran sensibilidad hacia el tema y una predisposición a ayudar, entre todos empezamos a pensar qué podíamos hacer. Creímos que sería de gran utilidad aprovechar la caravana del Dakar para acercar medicamentos y productos sanitarios a hospitales de las zonas más desfavorecidas.’
– Las posibilidades que ofrece África son ilimitadas ¿Cómo decidieron dónde actuar?
‘Una vez decidido que íbamos a llevar el material a África, la segunda parte era decidir dónde llevarlo. Primero nos planteamos cuál era el país más pobre y dónde era más factible que llegara el material. Descartamos Marruecos por ser el más rico de los cuatro por los que pasa la caravana, y de entre los más pobres nos decidimos por Mauritania. Tanto Mali como Senegal están más al sur y nuestras limitadas capacidades de movimiento e infraestructura, nos permitían llegar a Mauritania mucho mejor. Una vez decidido el país, a través de Internet estuvimos buscando qué hospitales había y cuáles eran públicos y cuáles privados. Nosotros queríamos llevarlo a un hospital público, dado que los privados gozan de algunos medios más y tampoco queríamos que alguien se quedara con el material y lo vendiera, o que el material no llegara a los que más los necesitan. Por esa razón nosotros somos los que llevaremos personalmente el material. En Atar no encontramos ningún hospital público, todos privados y bajo tutela francesa, y los hospitales públicos están demasiado al sur, en la capital del país Nouakchott. Atar tiene la ventaja de ser el lugar elegido para la etapa de descanso y los equipos de asistencia estaremos casi tres días parados, lo que nos permite cierta capacidad de movimiento. Encontramos un hospital español en Chinguetti, a dos horas en coche al este de Atar, de una fundación privada denominada Fundación Chinguetti que no cobra por su asistencia, es gratuito. El hospital está regentado por una doctora española, que trabaja allí sola y ha formado a algunos enfermeros y a algunas mujeres que hacen de comadronas y la ayudan en los partos. Esa pequeña acción ya ha permitido disminuir la mortalidad infantil durante el nacimiento del 50% al 25%.’
– ¿Cómo decidieron qué material sería más útil llevar?
‘Por deformación profesional y poniendo de manifiesto nuestro absoluto desconocimiento de la situación sanitaria de la zona, lo primero que se me ocurrió fue llevar placas, tornillos, fijadores para fracturas… La doctora del hospital de Chinguetti nos comentó que a ellos eso no les haría demasiado servicio ya que sus carencias son mucho más básicas, y junto a ella establecimos una serie de prioridades. La primera, se les mueren el 12% de los niños por diarreas; el agua está contaminada y no tienen antibióticos para curarles. Estos antibióticos son muy caros y específicos. Segundo, los niños con las diarreas pierden tanta agua que se mueren por deshidratación, con lo que también era importante llevar sueros para rehidratarles. Tercero, en el hospital han montado un pequeño quirófano para partos y cirugías menores para el que no tienen instrumental básico como son pinzas, tijeras, guantes, gasas, hilo de sutura… Tampoco tienen antisépticos como alcohol o yodo para desinfectar o lavarse las manos antes de un parto o una intervención, ni aparatos de anestesia como mascarillas. Para las fracturas tampoco tienen nada, así que también llevamos vendajes y yeso, además de medicamentos básicos como antiinflamatorios y analgésicos.’
– ¿Cuánto calcula que han conseguido reunir?
‘Entre USP Institut Universitari Dexeus, el Hospital de la Vall dHebrón y el laboratorio americano Smith & Nephew, hemos conseguido mucho material, pero de haber dispuesto de más tiempo, hubiéramos conseguido más. Llevamos unas 2.000-3.000 dosis de antibióticos, dos cajas de instrumental, sueros, antisépticos, vendas, yeso… En total, hemos conseguido reunir algo más de dos toneladas de material, repartidos en tres paliers.’
– Una vez reunido el material, el transporte hasta Chinguetti tampoco debe haber sido fácil de solucionar…
‘Este ha sido un mérito absoluto de Jordi Arilla, que empezó a correr la voz y movilizar a la gente. Dentro de las posibilidades de cada uno, todo el mundo al enterarse del proyecto nos ofreció su ayuda para llevar material en los camiones. Además, la propia ASO nos ha cedido un metro cúbico del avión que viajará a Atar para transportar la carga más delicada. En este apartado nos ha ayudado todo el mundo. Una vez el material llegue a Atar, un grupo de monjas españolas nos han ofrecido la posibilidad de utilizar su convento a modo de almacén. Seguramente lo reuniremos todo allí y les dejaremos algo de material también a ellas para distribuir en una serie de dispensarios de la ciudad. Desde Atar a Chinguetti, yo cometí el error de creer que lo podríamos trasladar nosotros, pero no se puede, primero porque los coches están en el parque cerrado y segundo porque es un poco arriesgado. Te has de saber mover, porque si no, entre la policía y las mafias, el material no llegaría. Finalmente tenemos previsto hacerlo mediante un transporte tutelado; la Fundación Chinguetti traerá uno o dos camiones a Atar y ellos lo trasladarán. Nosotros, con la caravana de transporte de los medicamentos o con coches alquilados, iremos el día 9 de enero al hospital.’
– Una vez en el hospital, ¿su visita será meramente protocolaria o tiene prevista alguna intervención?
‘En un principio vamos a comprobar que todo esté en su sitio, pero tal vez visite a algunos enfermos. La doctora me comentó que tienen varios niños susceptibles de operar, pero no sólo de mi especialidad, sino que varios sufren afecciones cardíacas. Lo que se ha planteado es la posibilidad de traer a algunos de estos niños al Vall dHebrón o a Dexeus para operarles aquí. De momento no tengo prevista ninguna intervención, ya que no hemos estudiado ningún caso y el estado de los quirófanos debe ser bastante precario, pero si que visitaré a algunos niños con lesiones congénitas en la mano… Una vez allí veremos qué es lo que podemos hacer. La doctora también preparará unos dossiers, de niños y adultos que sufren dolencias que no son de mi especialidad, para traerlos a España y que doctores de la Vall dHebrón o de la Dexeus los valoren. Será un primer contacto de cara a posibles actuaciones futuras.’
– ¿Le acompañará algún otro médico o sanitario?
‘No, de médicos sólo voy yo. A Chinguetti también vendrá Maria Reales, Directora de Comunicación de USP Institut Universitari Dexeus, que ha sido una de las personas encargadas de coordinar el proyecto. Tal vez vengan algunos pilotos, pero esto ya se verá en su momento.’
– Valoración del trabajo que realizarán….
‘En realidad lo ideal sería atacar al foco del problema, como por ejemplo potabilizar el agua del pozo para que no sufrieran diarreas. Pero no está a nuestro alcance, así que haremos lo que podremos dentro de nuestras posibilidades. Tal vez lo que llevamos no les solucione la vida, pero sí que puede permitir disminuir la mortalidad infantil y maternal durante los partos, así como mejorar la calidad de la asistencia sanitaria. Si lo conseguimos, ya será una un paso adelante. Algo es mejor que nada.’
– ¿Porqué decidieron actuar sólo en el hospital de Chinguetti?
‘Además de nuestros limitados conocimientos del terreno, para no dispersar la ayuda. Tenemos una cantidad determinada de material y pocas asociaciones que den las garantías necesarias, así que preferimos focalizar nuestros esfuerzos ahí, en lugar de repartir un poco aquí y otro poco allí. En el futuro y si la iniciativa fructifica, llevaremos la ayuda a otros lugares.’
– Así que tiene en mente que la iniciativa tenga una continuidad.
‘De momento nos hemos planteado el trabajo a corto plazo, pero personalmente espero que esta iniciativa continúe en futuras ediciones. Con más tiempo y más experiencia se puede tratar de actuar en otros frentes, como por ejemplo en el tratamiento y profilaxis de la malaria, que afecta mucho más hacia el sur, a países como Mali y Senegal . Todo se estudiará. Además, todo el mundo me dice que el año que viene querré volver.’
– Así que es una apuesta personal…
‘En parte sí, pero que entre todos la llevaremos a cabo. Además, si no lo hago yo, lo puede hacer otra persona.’
– El Dakar es una prueba físicamente muy exigente para todos los que toman parte en ella, ¿Se ha preparado de alguna forma en especial?
‘Yo hago deporte de forma habitual, pero sí que es verdad que últimamente he intensificado el trabajo, corro más… Pero dentro de mis posibilidades. También estuve con el equipo en el último entrenamiento que hicieron en los Monegros para aprender a utilizar el GPS.’
– ¿Es su primera participación en un rally?
‘En junio estuve en el Raid de Marruecos, pero a modo de espectador de lujo. Hacíamos unos 500 o 600 Km en coche siguiendo un poco el rally, pero dormíamos y comíamos en buenos hoteles y restaurantes. Esto será algo completamente distinto, más duro, pero una experiencia irrepetible.’