Cinco vehículos en la salida, cuatro en la meta. El Repsol Classic Team fue la escudería más numerosa en la quinta edición del Rally de España, disputada el pasado fin de semana en las carreteras de Ávila. La nieve y el frío marcaron el desarrollo de la carrera, que sirvió para abrir el Campeonato de España de Rallies para vehículos históricos y, organizada por el RACE, fue también puntuable para el certamen europeo.
Santiago Cañizares, el célebre portero de la selección española de futbol, fue el mejor clasificado entre los representantes de la escudería, al conseguir clasificar su Ford Escort MK1 entre los diez primeros de la tabla, en cabeza de su grupo. Un resultado especialmente valioso si tenemos en cuenta que, al puntuar también para el campeonato europeo, el Rally de España contaba con una magnífica inscripción en la que destacaban dos decenas de Porsche de diferentes categorías y tres Lancia 037.
La carrera, que fue dominada desde el inicio por la pareja mundialista Carlos Sainz y Luis Moya –en su día, dos veces Campeones del Mundo con Repsol–, contó con diez pruebas especiales de velocidad, seguidas por miles de aficionados desde los bordes de la carretera. En la categoría de competición, Pablo de Sousa (Alfa Romeo GTA) y José Antonio Zorrilla (Opel Ascona), también se colocaron en la parte alta de la tabla, aunque se vieron retrasados por diferentes incidentes. El primero por un golpe contra una de las protecciones laterales de la carretera, y el segundo por una penalización en un control horario.
En la clase de regularidad, Carlos de Miguel llevó a la meta su Renault Alpine 1.6 en el sexto puesto de la clasificación final, mientras que Juan Collín se vio obligado a abandonar en el inicio de la prueba, por una avería eléctrica en su Alfa Romeo 2000 GTV. La competición tuvo en Ávila su centro neurálgico, bajo el impresionante escenario de las monumentales murallas de la capital castellana.