Este año se cumple el décimo aniversario de la presencia de Repsol en los distintos campeonatos del mundo de Resistencia. Primero fue Jesús Pareja con su Porsche 962 el que estuvo a punto de ganar en las míticas 24 Horas de Le Mans. Luego, Fermín Vélez se erigió en rey indiscutible en la categoría C2 con su Spice. Finalmente, abolida la especialidad de Resistencia, Repsol sigue apoyando a Tomás Saldaña y a Alfonso de Orleans en su andadura en el Campeonato GT a los mandos de un Porsche GT2 de la escudería Kremer.
Todo empezó cuando Jesús Pareja y su equipo, la escudería suiza Brun Motorsport, se quedaron sin patrocinador a finales del año 1987. Desde que el piloto alcarreño inició su andadura profesional en el Campeonato Mundial de Resistencia tres años antes, Tabacalera fue el sponsor de los Porsche 956 y 962 del equipo, primero con Ducados y más tarde con fortuna, pero, acabada la relación con Brun —pues Jesús Pareja continuó llevando los colores de Fortuna en su mono durante 1988—, tuvo que buscarse un nuevo apoyo imprescindible para seguir adelante. Repsol aceptó el reto y el Porsche 962 de Brun se vio decorado con los colores de la firma española sobre una carrocería totalmente blanca. Desde entonces, y hasta 1993, fueron seis fructíferos años de relación entre Jesús Pareja y sus diferentes equipos, con Repsol; una relación cargada de éxitos y de actuaciones sorprendentes que sirvieron, de una parte, para que Repsol adquiriera una considerable imagen dentro de un campeonato que entonces era el segundo en importancia por detrás de la Fórmula 1, y, de otra, para que Pareja se consolidara como uno de los principales especialistas mundiales en la especialidad de la resistencia.
Las perspectivas para la primera temporada de Repsol en el campeonato no podían ser mejores. El Porsche 962 seguía siendo, a priori, un coche ganador; Brun Motorsport, que había sido campeón del mundo en 1986, estaba perfectamente estructura do y contaba con ayuda oficial de Porsche; y Jesús Pareja había tenido ocasión de demostrar, los años anteriores, su capacidad como piloto. Sin embargo, las cosas rodaron mal desde el principio.
Walter Brun había puesto en marcha un ambicioso proyecto en Fórmula 1, el equipo Eurobrun, que fue un fracaso total e impidió que se centrase en la que había sido su actividad más rentable. Por otro lado, en Porsche no suministraron la última generación de la centralita electrónica Motronic 1.7 al equipo Brun Motorsport, lo que le ponía en difícil situación frente a sus rivales. Tal estado de cosas motivó que, de las once pruebas que componían el campeonato, Jesús Pareja sólo tomara parte en cinco carreras, de las que, eso sí, consiguió acabar en tres de ellas en los puntos. Mientras tanto, Jaguar y Sauber Mercedes se repartieron los triunfos, con seis y cinco victorias, respectivamente, lo que daba los títulos al equipo Silk Cut Jaguar y a su piloto Martin Brundle.
La primera prueba en la que Repsol tomó parte fue la correspondiente a los 800 kilómetros de Jerez. En ella, Pareja contó con su habitual compañero de equipo, el rapidísimo argentino Oscar Larrauri. Hicieron un excelente tiempo en entrenamientos, pero en carrera se rompió el motor del Porsche cuando Pareja había perdido seis minutos a causa de una salida de pista. Por cierto, al final fue Walter Brun quien se subió en el coche, al decidir éste que Larrauri corriera con su coche debido a que el de Pareja presentó, desde la salida, problemas con el turbocompresor.
Tras ese primer abandono, el equipo tomó la salida en los 360 kilómetros del Jarama. En ella, Pareja y Larrauri colocaron su Porsche en la quinta posición de los entrenamientos, justo por detrás de los Sauber Mercedes y de los Jaguar. En carrera, las cosas fueron mejor aún, porque estuvieron prácticamente todo el tiempo en una brillante e inesperada tercera posición.
Sin embargo, a dos vueltas del final Larrauri pasó a muy baja velocidad por meta. Le faltaba combustible y así, al ralentí, consiguió cruzar la meta en una decepcionante sexta posición después de los méritos contraídos durante más de dos horas de prueba. En Monza, Jesús Pareja estrenó compañero, Manuel Reuter, que arruinó las posibilidades de clasificación del Porsche de Repsol tras destrozarlo en una inexplicable «explicación» con… Oscar Larrauri.
Después, tras no correr en Silverstone, llegaron las 24 Horas de Le Mans, donde Pareja se vio acompañado por dos compañeros poco habituales, el italiano Massimo Sígala y el alemán Uwe Schaffer. El coche de Repsol fue el tercer Porsche clasificado en los entrenamientos oficiales, y en carrera, tras un primer relevo excelente por parte de Pareja, un serio problema con una canalización de aceite del Porsche les hundió en la clasificación. Pero ni Pareja ni sus compañeros se rindieron y, tras toda una demostración, llegaron a alcanzar una brillantísima quinta posición, aunque al final de la prueba tuvieron problemas con una pinza de frenos, lo que les relegó a la séptima posición en la que cruzaron la meta. Para Repsol fue un buen resultado el hecho de acabar las míticas 24 Horas entre los diez primeros clasificados en su debut.
Pasaron dos pruebas más, Brno y Brands Hatch, y en Brun Motorsport apenas funcionaba nada. Por fin, en Nurburgring, decidieron participar. El Porsche patrocinado por Repsol contó de nuevo con Reuter como compañero de Pareja. Pero esta vez para bien. Tras unos buenos entrenamientos, la carrera, celebrada a dos mangas, fue un éxito para el equipo hispano-alemán. En la primera fueron cuartos, y en la segunda séptimos, lo que les colocó en una excelente quinta posición final. Lo malo es que con esa actuación, el equipo puso fin a una temporada que se saldó con el decimonoveno puesto final para Jesús Pareja. El equipo Brun Motorsport fue tan sólo cuarto. Una verdadera decepción.
Como colofón de la temporada, Jesús Pareja y Walter Brun tomaron parte en la Copa del Mundo de Sport Prototipos celebrada en Tampa (Florida). Para Jesús fue una experiencia interesante, a pesar de que abandonaron la prueba por rotura, una vez más, de motor cuando estaban colocados en noveno lugar.