El año 1993 significó la última temporada de relación entre Repsol y Jesús Pareja, pues éste, fiel a Porsche y al equipo Larbre, no tuvo sitio en el equipo Repsol Ferrari que se creó para la temporada 1994. Se preparó un Ferrari 348 con las mismas especificaciones del coche con que se participaba en el campeonato italiano GT, y se fichó a Tomás Saldaña para que compartiese el coche con el príncipe Alfonso de Orleans y Borbón.
Dada la premura del proyecto, el equipo debutó tarde, en el circuito del Jarama. Aunque no se trataba de un coche ganador, la experiencia de Saldaña y el arrojo de Orleans podía compensar su falta de potencia frente a los Porsche. De todos modos, Saldaña se salió y el coche no concluyó la carrera. Otro abandono fue el resultado de su participación en Dijon, mientras que en las 24 Horas de Le Mans, en la que el equipo se reforzó con la presencia de Andrés Vilariño, acabaron en undécima posición tras llevar a cabo una carrera plena de regularidad y no exenta de problemas mecánicos. Poco después, en Spa, Saldaña y Orleans finalizaron en novena posición en la prueba destinada a los GT que se disputó antes de las tradicionales 24 Horas.
Como el Ferrari 348 se vio continuamente sobrepasado por los Porsche, para 1995 Repsol decidió firmar un acuerdo con Kremer para hacer correr uno de los nuevos Porsche GT2 con los mismos pilotos del año anterior. De todos modos, y a pesar del nombre que tenía Kremer gracias a su dilatada trayectoria en la especialidad de la resistencia con todo tipo de vehículos de la firma Porsche, el caso es que el GT2 de Repsol nunca acabó de funcionar como era debido; quizá porque Kremer tenía además su propio equipo que atender y no pudo concentrarse en el equipo Repsol.
En la primera prueba de la temporada, disputada en Jerez, Saldaña y Orleans acabaron en novena posición, la misma que obtuvieron en la prueba del Jarama tras no tomar la salida en Monza. Antes de participar en las 24 Horas de Le Mans lo hicieron en Nurburgring, pero una vez más tuvieron que abandonar por avería mecánica. Ya en le Mans, contaron con Miguel Angel de Castro como tercer piloto. Su actuación fue muy buena, lo mismo que las de Saldaña y Orleans. Sin embargo, al caer la noche una lluvia torrencial anegó el circuito y Tomás Saldaña no pudo evitar salirse de la pista.
Una vez más el Porsche GT2 de Repsol se vio obligado a abandonar. En la última prueba en la que participaron, Silverstone, acabaron en vigésima posición tras multitud de problemas de todo tipo.
A final de temporada, Saldaña tomó parte en la carrera del Campeonato Interserie que se disputó en el circuito del Jarama. Lo hizo con el Porsche Kremer CK7, que por supuesto iba patrocinado por Repsol. Su actuación resultó impecable, pues fue segundo en la primera manga y cuarto en la segunda. Esos resultados resarcieron a Repsol de una temporada en exceso complicada.
En 1996 las cosas no fueron mucho mejor. El Porsche del equipo se inscribió en la categoría GT1 gracias a una cuidada evolución, pero los resultados no llegaron en ningún momento a pesar de contar con un gran piloto como refuerzo, el francés Christophe Bouchut. Las pocas actuaciones que realizó se saldaron con abandonos o con posiciones muy retrasadas. Lo único destacable de la temporada fue la participación en una carrera organizada en Le Mans para establecer los equipos admitidos a tomar parte en los entrenamientos oficiales de las 24 Horas de Le Mans de 1997.
Saldaña y Bouchut, con el Porsche Kremer CK8, se clasificaron segundos y terceros en las dos mangas previstas para prototipos. Mientras, Alfonso de Orleans y Miguel Angel de Castro clasificaron el Porsche GT2 en séptima y quinta posición en las mangas reservadas a los Gran Turismo. Por supuesto, los dos coches lograron la clasificación para la prueba francesa. Un año más, Repsol contó con un equipo destinado a participar en el Mundial GT de resistencia, y una vez más se acudió a la escudería Kremer para que lo gestionase. Con los mismos pilotos de siempre, Tomás Saldaña y Alfonso de Orleans, en ocasiones acompañados por Rossenblad y Bouchut, se contó con un nuevo Porsche 911 encuadrado en la categoría GT2. La temporada se inició con un buen resultado en las 4 Horas de Hockenhein, donde Saldaña y De Orleans acabaron en una prometedora octava posición en su categoría.
Mejor aún fue la posición obtenida en las 4 Horas de Silverstone, en las que fueron cuartos en GT2 acompañados por Rossenblad. Luego, un fuerte accidente en los entrenamientos de las 4 Horas de Nurburgring les impidió tomar parte en la prueba y, lo que es peor, en la siguiente, las 4 Horas de Spa. Más tarde, en las 4 Horas de Austria, terminaron muy retrasados a pesar de contar con la ayuda del francés Christoppe Bouchut. El tercer resultado de la temporada lo lograron de nuevo en Inglaterra, al finalizar en octavo puesto en la categoría GT2 en las 4 Horas de Donington. Luego, en la última prueba en la que participaron, la 4 Horas del Mugello, se vieron obligados a abandonar.
Por último, en las 24 Horas de Le Mans, prueba en la que no se había clasificado el Porsche 911 GT2, Tomás Saldaña participó a los mandos de uno de los Porsche Kremer K8, haciendo equipo con Lassig y con Rossenblad. Se vieron obligados a abandonar, por rotura de motor, cuando habían transcurrido seis horas de carrera.
La presencia de Repsol en Resistencia ha cumplido en 1997 diez años. Ha sido una época difícil en la que los cambios de reglamentación han perjudicado a los coches con los que la firma española ha participado, pero aun así se puede considerar como una etapa muy satisfactoria caracterizada por las relevantes actuaciones en las 24 Horas de Le Mans.
La Resistencia ha sido un buen soporte para reforzar la imagen de Repsol, a la que hay que agradecer que, gracias a su apoyo, nunca faltase un piloto español con posibilidades de éxito en los circuitos de todo el mundo.