Jorge Navarro se disloca nuevamente el hombro izquierdo tras irse al suelo en un incidente en el primer giro. Arón Canet ha sufrido dos caídas y finalmente se ha visto obligado a retirarse.
Apenas una curva ha durado la carrera para el piloto Repsol Jorge Navarro. Un toque con otro piloto, en el que también se ha visto involucrado su compañero de equipo, Arón Canet, ha terminado con las opciones de Navarro de luchar por las posiciones delanteras en el Gran Premio de Japón. Se le ha cerrado la dirección y al golpear el suelo se ha luxado de nuevo el hombro izquierdo, que le han recolocado rápidamente en el centro médico del circuito.
En el mismo incidente, Arón Canet ha visto como la palanca del cambio de su moto quedaba dañada, lo que le impedía reducir en las frenadas con normalidad. Dos caídas por este hándicap han hecho que finalmente haya tenido que retirarse.
Jorge Navarro
no clasificado
«Es una pena terminar el fin de semana con una caída, porque veníamos con muy buenas sensaciones de Aragón y el trabajo en los entrenamientos ha sido positivo. Es cierto que en la parte final del cronometrado de ayer, no logramos cuadrar una vuelta rápida que me permitiera salir delante, pero el ritmo que teníamos era alto y tenía confianza en volver a hacer una buena carrera y rodar con los pilotos de delante. En la primera curva, saliendo en cuarta fila pueden pasar estas cosas. Me he tocado con otro piloto y se me ha cerrado la dirección. Me he dislocado otra vez el hombro y me lo han colocado en su sitio en el centro médico. Ahora veremos cómo evoluciona en los próximos días».
Arón Canet
no clasificado
«En la primera curva me he tocado con mi compañero de equipo y se ha roto la palanca de cambio y, desde entonces, cuando intentaba reducir no podía. He dado dos vueltas más, adaptándome bastante bien a esa situación y, luego he decidido empezar a recuperar posiciones. En dos giros he adelantado a seis pilotos y me sentía cómodo, pero después he tenido problemas para reducir marchas. No podía rodar con la que yo quería y me colaba en las curvas, hasta que en una de ellas se me ha cerrado la dirección. Y la segunda caída ha sido parecida: no me ha entrado la marcha y me he ido recto».