El piloto del equipo Repsol Honda está protagonizando un 2019 difícilmente igualable, tras asegurarse el título a falta de cuatro carreras
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Decía ayer Marc Márquez en su rueda de prensa en Campus Repsol que una de las mejoras que ha materializado esta temporada respecto a las anteriores, especialmente la 2014 en la que ya brilló de forma rotunda, ha sido la solidez. Tras un invierno condicionado por una operación en el hombro, desde que empezó el Mundial 2019 siempre que ha cruzado la meta lo ha hecho en primera o segunda posición –salvo el cero marcado en Texas–.
El campeón de 26 años ha logrado su octavo título, sexto en MotoGP, trabajando como nunca y emocionando como siempre. Desde el primer podio logrado en la noche de Catar, hasta el triunfo del pasado domingo en Tailandia, Márquez ha puesto su inconfundible sello a una temporada casi perfecta en la que una vez más ha hecho vibrar a todos los aficionados a las dos ruedas.
